Ser papá es una de las mejores cosas del mundo. Nada se compara con ese sentimiento de ver a nuestros hijos andar en bici por sí mismos. Claro está, que luego se estampan contra el suelo, pues los “engañamos” diciéndoles que los teníamos agarrados, siendo que ya los habíamos soltado.

Lo bueno es que todo se arregla con una bandita. Ahora bien, ser el rey de la casa tiene sus beneficios, como esos abrazos apretados cuando hay “monstruos” debajo de la cama. Sin embargo, también tiene su lado irónico, pues aún en nuestro día, terminaremos siendo nosotros quienes paguemos la cuenta del restaurante, pero está bien,
pues los ratos en familia no tienen precio.

Aprovechando que tienes la cartera en mente, queremos que pienses en otro regalo que puedes financiarte: un apartamento en Lefevre 75. Déjanos explicarte por qué te conviene regalarte un patrimonio con nosotros.

1. Es una inversión

El dinero de la renta es algo que no recuperarás. En cambio, el dinero que inviertes en un apartamento es algo podrás recuperar si decides venderlo. Además, al estar tan bien ubicado, la plusvalía de Lefevre 75 promete aumentar con el paso de los años de manera significativa.

2. Es más que un apartamento

En Lefevre 75, no solo vivirás en un espacio increíble, también tendrás acceso a áreas sociales como el gimnasio y la piscina. Aquí podrás elevar la calidad de tus experiencias diarias llevando el estilo de vida que siempre has querido.

3. Tendrás estabilidad

Contar con un patrimonio aporta un grado importante de tranquilidad, pues no estarás preocupado en que algún día te dirán que tienes un mes para salirte porque van a vender la casa que estás rentando.

4. Es una herencia

Una vivienda propia es algo que podrás dejarle a tus hijos. Además, es un lugar dónde crecer de manera segura.

5. Tendrás libertad de decisión

Podrás hacer las modificaciones que quieras a tu apartamento, pues será tuyo completamente (y de tu familia). ¿Quieres pintarlo de color azul marino? Adelante, ¿quieres colgar marcos con las fotos de tu familia? Ve comprando el martillo y los clavos.